Truefitt & Hill
Se fue joven y glorioso a otro meridiano
como un gran conquistador.
Hizo fortuna en moneda extranjera
compró relojes, mujeres y tierra.
Recorrió el mundo, tuvo hijos,
hace no mucho me abrazó
por primera vez.
Temblaba como un pobre tipo
los pelos del pecho contra mi cara
inmovil me pregunté
en qué estaría pensando.
Habrá vuelto la inocencia
de cuando vivía en el barrio y soñaba:
una casa, un perro,
una moto grande
que hiciera ruido.
Mi amiga dice
que a él le cuesta conmigo
porque soy igual a mi mamá.
Que le da bronca
o vergüenza
o simplemente se confunde.
Me quedé muy quieta sin respirar
mientras me sujetaba con cariño torpe
y un olor
insoportable
a crema de afeitar importada.
El día en que me abrazó
mi padre exprimió la última de mis ternuras
o acaso la primera.
Temblaba y me apretaba
pidiendo perdón
a alguno de nosotros.