Excusas

 

No se nada sobre el pasto: ni cómo se siembra, ni cómo se corta prolijamente, ni cómo funcionan aquellas alfombras que venden cerca de casa, según ese cartel que vemos

cuando vamos a la verdulería

como excusa para caminar un rato juntos conversando sobre algo o sobre todo.

– ⁠$4.000 el metro de pasto.
-⁠ ⁠¿Para qué quiero uno tan largo?

Sí sé que mi abuela lo regaba a diario -metros y metros de pasto; litros y litros de agua- con una manguera infinita que me hacía desanudar los veranos en que la acompañaba como una sombra.

Sé que nuestro pasto, que cuidás con dedicación, es suave. Que no pincha los pies y me da ganas de caminar descalza, como vos, que te distraés del miedo a los alacranes o del hecho de convivir con una vitricida decidida a robar un vaso por cada uno que desploma

mientras pone la mesa

o cocina una cena de muchos pasos

como excusa para conversar sobre algo o sobre todo

otra vez.